Mirando desde mi ventana
Recuerdo mi niñez, llena de voces
que me corregían
A veces fuerte muy fuerte y no
entendía
Lo que ahora la vida me ha
enseñado…
Mis seres queridos, tíos,
abuelos, supieron regar una semilla
Que
germina más cada día, fueron sus enseñanzas
Siempre dulces porque entrañaban
sabiduría
Fueron sus cuidados las suaves
caricias que hoy
Tengo para mis hijos.
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